Las poses del silencio y un caniche canoro
siguen, bajo la penca, reverenciando el lente.
Porque la desazón que lanzó los misiles
acaba, y la seducen frente a los centinelas.
Un chicle de maíz mascado en tus hastíos
retrotrae a ventiscas, a su azul simulacro.
Porque el crudo billete con que horadás la luna
rompe contra las hordas de un árbol lisonjero.
Formación de cristales: noche como maroma:
soñar de Palinuro: juntás información.
Yo recorro ludibrios de una letra de espanto
para recomponer las órdenes profanas.
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