Cariátide y esquirlas, confección del asombro,
tu lima me entristece más allá de lo núbil.
Perro a quien un enjambre de chanzas presentidas
le tuerce el entimema de los cariados surcos.
Perro del palimpsesto, perro de la cultura,
perro que los demonios escuecen para el bien.
Con ventura dispersas el aroma mariano
y, fuelle, precipitas al clamor a la plebe.
Colapsaré en el morbo cuando las cuatro agujas
que deciden mi fieltro se retoben, reboten.
Perro de los alisos, mascarón de la momia,
tumor recipiendario que denostó el simún.
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