Te molestan tus versos
últimamente, y te tenés paciencia,
y te ponés a hacer
otros intentos, y
los guardás para vos. Yo no me meto,
y por mi parte busco
nuevas maneras para mí, más dulces,
o menos envaradas,
menos forzadas, más
despreocupadas. Mientras tanto, la
vida prosigue: fuimos
al Dino, recorrimos por un rato
las góndolas, tomando
suavizante de aquí,
jabón en pan de allá: todo un carrito
que llevamos al auto,
y en el baúl amontonamos bolsas
y volvimos a casa.
Nadie puede decir
cuándo saldrá el poema. Por lo pronto,
ya ha llegado la noche,
ya descansás. Escribo como quien
no está apurado y traza
en el papel promesas
que al instante se cumplen. Quizá sea
éste el modo de dar
con otro tono: que las oraciones
quieran que te sonrías
cuando las leas; no
pensar si tienen vuelo; distraído.
1 comentario:
Bonito
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