Mi tristeza se aburre
y se escabulle, y nada
ocupa su lugar.
Y aunque los cementerios
me pertenecen, ando
deseoso de latir.
Mi tristeza regresa
y se pone a sus anchas
entre los anaqueles.
Me atengo sin embargo
a una foto cascada
en la que sonreías.
Días de confundir
penumbras con sosiego,
ruidos con desazón.
Noches en que te nombro
dama de compañía,
mi tristeza, su paso.
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