Fumo mientras tu cuerpo deriva en la penumbra
y los especialistas escupen sus informes.
Los odiás. Disentís mediante versos roncos
y la luna es un lapsus enorme que te acuna.
Somos dos, pero somos una cota de mallas
que lanza, silenciosa y alternativamente,
risas y limaduras, grato desasosiego,
y la luna es un cable tensado en Ecuador.
Somos dos. Mientras fumo y escucho un destemplado
cuarteto, derivás hacia la incoherencia,
y la luna, torcaza ducha en fingir engarces,
se arremolina en torno de tus senos, aceza.
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