Una brasa de vos
me nutre por las noches,
mientras las horas urden
la próxima mañana.
Tu cuerpo tintinea
entre sábanas tibias
y yo busco en los libros
mi rostro verdadero.
Te lo entrego en canciones
que cuando despertás
te acarician, florecen
y se lanzan al mundo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario