Así, la poesía
se aleja. Mi mirada
se detiene en objetos
inabordables. Años
de leer, de esconderse,
de renegar, indigno,
del fulgor de la vida.
Mi rostro, mi locura,
ya nada pueden. Vida
fugitiva y celosa,
qué nada que te fui,
qué poco que te importo.
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