sábado, 15 de agosto de 2015

FINALIDAD

Prescindís de la Biblia 
en tus lecturas: muerta
quedó la salvación, 
su idea. Es el presente, 
la duración, tu modo, 
sobre todo de noche, 
cuando escribís: mutismo 
alrededor, quietud 
que interpela. No obstante 
te ponés a pensar,
a veces, el futuro, 
la actividad, y fines 
mecánicos, vehementes 
te proponés, en contra
de ese estar persistiendo
inánime. "¡No hay nada!", 
exclamás. Y das curso 
a la escritura: huellas, 
huesos de tu niñez, 
la desesperación 
te roe, te atenaza
la agotadora angustia. 
Y constatar --¡Infierno!--
eso mismo en los otros. 
 

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