Estoy de noche triste.
Sólo, quizá, por hoy.
Ruta con poca lumbre,
y a la vez la potencia
de lo vivido. ¿Qué
haremos? Sudestada
que me devuelve, flash,
la vez que discutimos
y me fui de tu depto;
y tu rostro reía,
imago, en aquel bondi,
frente a mis ojos roncos:
todavía, distante,
eras la amada. Ahora
el pasado remueve,
atizador aguado,
mi corazón, brasita
última, niña, insomne.
lunes, 25 de enero de 2016
sábado, 23 de enero de 2016
HORAS
Dormís, seguramente,
pero en otra ciudad.
Noche de lejanía:
los perros, como yo,
no te ven pero esperan,
confiados, naturales,
sin extrañar tu mano,
que abrirá de improviso
el portón achacoso.
Yo en cambio me impaciento:
las horas se hacen nubes
detenidas y altísimas
que penden como un fruto
que no madurará,
y mis ojos te buscan
en la ausencia, y se vuelve
gigantesca la casa.
Saben nuestras mascotas
mucho más de la vida
que yo, que pienso y peno;
sin tu piel, sin tu voz,
el tiempo se divide
en mil hilos sin rumbo,
y escribir un poema
pasa pronto y no da
nada de distracción
de vos, de tu mirada.
pero en otra ciudad.
Noche de lejanía:
los perros, como yo,
no te ven pero esperan,
confiados, naturales,
sin extrañar tu mano,
que abrirá de improviso
el portón achacoso.
Yo en cambio me impaciento:
las horas se hacen nubes
detenidas y altísimas
que penden como un fruto
que no madurará,
y mis ojos te buscan
en la ausencia, y se vuelve
gigantesca la casa.
Saben nuestras mascotas
mucho más de la vida
que yo, que pienso y peno;
sin tu piel, sin tu voz,
el tiempo se divide
en mil hilos sin rumbo,
y escribir un poema
pasa pronto y no da
nada de distracción
de vos, de tu mirada.
lunes, 18 de enero de 2016
PLENITUD
Las cosas, que relumbran
sobre la mesa, cuarzos
que hablan, en su durar
callado, para sí
y que apenas respiran
bajo el techo, su foco,
serenos, recortados
y grávidos de ser,
ya no me son ajenas
sino que componemos,
ellas y yo, una torre
de la que parte, diana
del renacer, un ave
de alas restablecidas
que atraviesa, morosa,
vertiginosamente,
el tiempo de los astros,
allá arriba, y la foto,
abajo, que nos toman,
a las cosas y a mí,
mi mano, las palabras.
sobre la mesa, cuarzos
que hablan, en su durar
callado, para sí
y que apenas respiran
bajo el techo, su foco,
serenos, recortados
y grávidos de ser,
ya no me son ajenas
sino que componemos,
ellas y yo, una torre
de la que parte, diana
del renacer, un ave
de alas restablecidas
que atraviesa, morosa,
vertiginosamente,
el tiempo de los astros,
allá arriba, y la foto,
abajo, que nos toman,
a las cosas y a mí,
mi mano, las palabras.
martes, 12 de enero de 2016
LA ENDOGAMIA DE LOS POETAS
Aldehuela. Leemos
sólo lo conocido
y, obcecados, rondamos
en torno a pocos tótems
inamovibles, tercas
fijaciones. El ansia
--eso: cabezaduras--
nos hace pretender
destronar el presente
sobreabundando: lábiles.
Aldehuela. Serás
rastreador de lo ignoto,
viajero que camine
hacia el rechazo de
lo propio, lo local.
sólo lo conocido
y, obcecados, rondamos
en torno a pocos tótems
inamovibles, tercas
fijaciones. El ansia
--eso: cabezaduras--
nos hace pretender
destronar el presente
sobreabundando: lábiles.
Aldehuela. Serás
rastreador de lo ignoto,
viajero que camine
hacia el rechazo de
lo propio, lo local.
viernes, 8 de enero de 2016
DEUTSCHE WELLE NOTICIAS: PARAGUAY
Cien mil (son dos palabras)
evacuados. Redonda,
la cifra: más nos pegan
los múltiplos de diez.
Sigue lloviendo, acá,
en la noche, verano
en la Ciudad. Decía
por la tarde mi tío
"¡qué tiempo loco!", mientras
pasaban, se alejaban
los autos por la calle.
Y siguieron pasando,
interminablemente.
Y allá los autos se hunden
en el agua furiosa,
y algún cuerpo, y basura,
arrastrados. "¡Qué tiempo
loco!". De no creer.
evacuados. Redonda,
la cifra: más nos pegan
los múltiplos de diez.
Sigue lloviendo, acá,
en la noche, verano
en la Ciudad. Decía
por la tarde mi tío
"¡qué tiempo loco!", mientras
pasaban, se alejaban
los autos por la calle.
Y siguieron pasando,
interminablemente.
Y allá los autos se hunden
en el agua furiosa,
y algún cuerpo, y basura,
arrastrados. "¡Qué tiempo
loco!". De no creer.
martes, 5 de enero de 2016
LLUEVE
Ahora llueve, como
en tantos otros versos
que se han escrito. Ahora
que soy mero cadáver,
incluso menos, siguen
girando las estrellas
y vos te preguntás
por mi rostro, y no hay nada
que nos acerque tanto
en la noche común.
en tantos otros versos
que se han escrito. Ahora
que soy mero cadáver,
incluso menos, siguen
girando las estrellas
y vos te preguntás
por mi rostro, y no hay nada
que nos acerque tanto
en la noche común.
viernes, 1 de enero de 2016
SOMBRA Y CREENCIA
¿Y los otros? No se muestran.
Porque te juntás con sombras
que te tiran frasecitas,
transparentes. Luego parten
y te quedás con palabras
que se te enredan. Al toque
que te las dicen creés
que son seguro el espejo
de su interior, pero al rato
se te traspapela todo.
Si tenés suerte, admitís
que sos lo mismo, una sombra
para los otros. El mundo
va a la deriva, silente,
y no hay comunicación
como la que te creés.
Porque te juntás con sombras
que te tiran frasecitas,
transparentes. Luego parten
y te quedás con palabras
que se te enredan. Al toque
que te las dicen creés
que son seguro el espejo
de su interior, pero al rato
se te traspapela todo.
Si tenés suerte, admitís
que sos lo mismo, una sombra
para los otros. El mundo
va a la deriva, silente,
y no hay comunicación
como la que te creés.
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