Después era el ayer. Compuse --débil
mi verso entre tus brazos, que nadaban
contra toda corriente-- textos grises
que hablaban de tu voz, ventriloquía
que practiqué por años, letra a letra,
a pesar del silencio sin afluentes,
voz que era amor callado, sofrenado.
Alma de vos en mí, que aúlle ahora
tu más dolida sombra, y que descanses.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario